por Kristina M. Nieves-Quiñones
4 de octubre de 2017
Como cuando
esperas esa llamada que nunca llega, ese momento tan importante, que no puedes
dormir, no puedes comer pensando cómo estarán... ¿Tendrán ellos que comer?
¿Estarán bien? ¿Tendrán agua para beber? Con el corazón en la boca esperando y
esperando, sé que así estábamos y estamos muchos aún esperando saber de nuestro
seres queridos y más cuando estamos a miles de millas de distancia, al no poder
tener comunicación desde el pasado 20 de septiembre y los siguientes días luego
del Huracán María. Yo por mi parte sentí como si me arrancaran parte de mi vida
y sintiera que el tiempo se paró en el momento que escuché por última vez a
mi papá llamarme y decirme: “Kris todo está bien acá, ya se fue la luz, pero estamos
bien, ya se siente el viento! Tranquila, hablamos
luego!...” ya cuando el Huracán se acercaba a la Isla y no tenían electricidad…y
de ahí pasaron 7 largos e interminables días hasta que pude volver a escucharle. Luego de ese miércoles 20 de
septiembre, ese momento en que nos cambió la vida a muchos, comenzamos a
comunicarnos con gente que hacía tiempo no hablábamos. Yo personalmente no
quería salir de mi apartamento, no quería entrar en los trenes de la ciudad que
nunca duerme, ni en el ascensor me atrevía a entrar por miedo a perder señal en mi
teléfono si me llamaban. Dormir no era opción: ¿y si me llaman mientras duermo?
Tantas cosas que pasaban por mi mente… horas eternas y los minutos del día más
largos de mi vida. Pasaban los días y la llamada nunca llegaba, orando, pidiéndole
a Dios que los cuidara y que sus ángeles los cubrieran, viendo a través de las
redes sociales cómo el paso del Huracán María había dejado mi Isla… y, peor que
todo eso, no tenía comunicación ni sabía nada mis papás por más de 7 días, cuando
en mi caso estoy acostumbrada a hablar con ellos diariamente. Mi Hermana y yo
realmente ya no sabíamos qué más hacer, los aeropuertos cerrados, la
comunicación nula, un momento de desesperación total. Todo el mundo buscando a
sus familiares. Nunca me había enfrentado a algo así. Realmente nos sentíamos
perdidas, con un sentido de impotancia, de querer hacer tanto y no poder hacer nada.
Sólo sabíamos lo que decía el amigo o el familiar de alguien, que estaban bien,
que en el pueblo tal no se habían reportado muertes, o que no habían
inundaciones, pero yo lo que quería saber era de mis papás, escucharlos a
ellos.
No sé ustedes
pero escuchar la voz de mis papás calma mi alma, mi puerto seguro, mi motor, me
dan ánimo, me ayuda a respirar y hace que mi corazón vuelva a tener sentido.
Ese 27 de septiembre nunca lo olvidaré, eran las 2:28pm para ser exacta y sonó
mi teléfono, era de Puerto Rico… Mi corazón volvió a tener sentido cuando escuché
su dulce y tierna voz, “Hola Hola Mi Kisty, Mi Yeyi? Amor de mi vida! TODO ESTA
BIEN! Si me escuchas Papito, Mamita, estamos bien! La comunicación esta mala,
volveré a intentar llamar, pero estamos bien. Las amamos con toda el alma!!”
Nunca creo que mi corazón sintió tanta paz y tanta alegría, lo cuento aquí y no
puedo parar de llorar. Luego intenté llamar mas de diez veces hasta que los
conseguí y pude hablarles, pude escucharles, pude saber de ellos y decirles
cuanto los amo. Creo que nunca había llorado tanto como he llorado en las
últimas semanas, al sentirme tan impotente de no poder estar con ellos en estos
momentos que tanto me necesitan.
Dios los ha cubierto y los ha protegido con su
amor y su misericordia. Mis padres a los que los conocen saben que son ángeles
de bien y saben que tienen sus condiciones médicas por las cuales es necesario
que estén en un ambiente donde estén tranquilos y puedan recibir sus
tratamientos médicos. Aún sigo esperando poder volver a escucharles porque la
comunicación en el área oeste no es la mejor, pero no pierdo la fe de poder
verlos y abrazarlos pronto y que sepan que Dios tiene un propósito para todo y
que a los que aman a Dios todo obra para bien. Mi prima tuvo la oportunidad de
poder viajar a nuestro Puerto Rico y con ella le pude envie cartas con
pensamientos positivos para cada día para que ellos sepan que los amamos y que no están solos
en estos momentos, que sepan que a pesar de que no nos podemos comunicar en
estos momentos difíciles estamos pensando en ellos, orando por ellos,
que el Sol volverá a salir, los árboles volverán a tener hojas verdes y que
cada día es un nuevo comenzar!! Tomará algún tiempo, pero nos levantaremos!!
Créanme cuando
les digo que como familia hemos pasado nuestras dificultades, pero siento que
esto ha sido una gran prueba de fuego, el saber que están ahí y no poder
escucharles o saber de ellos, que no podemos llegar a donde ellos, ha sido bien
difícil y saber de tantos que estamos en la misma situación y nos hemos unimos
llena mi corazón de esperanza, aunque no les miento aún siento como si fuera
hoy…
Dios siempre
suple y ha puesto ángeles en nuestro camino, gracias a cada uno de ustedes por
ayudarnos a sentir un poco de paz en medio de esta tormenta. No tendré una vida
para decirle GRACIAS! Cada uno de ustedes sabe quien es, por quienes nos han
llamado para decirnos que los han visto, por los que han ido a nuestra casa a
llevarle una palabra de aliento, a orar por ellos, a prestarle su teléfono, a
llevarle una bolsa de hielo, a enseñarle un video que le hemos enviado o
simplemente para saber como están, GRACIAS!!
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Gracias por el amor que sientes por Puerto Rico.