Fui de esos puertorriqueños que no vivieron, ni escucharon, ni sintieron el Huracán María en la Isla. Pero desde la distancia sufrí, lloré viendo las imágenes desde Facebook que por demasiados días fue el único medio de información. Escuchando la radio, esperando la llamada de nuestros seres queridos confirmando que se encontraban bien. Muchas noches pasé sin dormir (al igual que muchos), mucha desesperanza viví esas primeras semanas luego del 20 de septiembre.
Así, luego de 50 días de su paso, viajé a Puerto Rico. Elegí un asiento de ventana porque mi meta era observar a Puerto Rico desde el cielo y de allí, la lloré. Lloré por sus árboles, por sus montañas pintadas de carpas azules, y porque no escuché los aplausos de emoción cuando las gomas del avión aterrizaron en tierra Borincana.
Fue una experiencia extrañísima, pues llego tantas semanas más tarde y me encuentro con un Puerto Rico diferente pero a palabras de mi familia muy mejorado a como estaba. "Aquí parece que hubo una guerra" decían. "No había ni una hoja Nydia... y mira ya se ve verde!" Durante este viaje opté por capturar lugares que frecuentaba y compartir con ustedes cómo se ven casi dos meses luego de su paso. Aquí imágenes de la playa Costa Azul y La Pared de Luquillo.
Más que su verdor y palmas destruidas fue la falta de personas lo más que me extrañó. No había nadie. No había música que acompañara el rugir de las olas. El azul de su agua estaba ausente (era de esperarse). No estaba el señor de los helados. No estaban los turistas caminando por su orilla. Su desolación me partió el corazón... Y aunque la vi así, más me reafirmo. Amo a mi Isla. Pero nos queda mucho por hacer y ayudar, Puerto Rico nos necesita.
No no la olvidemos...
Les estaré compartiendo más experiencias de mi viaje.
Hasta entonces,
Nydia
Gracias Nydia! Por compartir estas imagenes. No perdemos la esperanza de que volverá a ser como estaba ó hasta mejor! Dios bendiga nuestras familias y nuestra hermosa Islita riqueña��
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