- 2 de diciembre de 2017
- Por Mer Mandrés
- He leído poemas a gente que realmente me estaba escuchando en una playa de Cuba. He visto las estrellas en una de las 10 mejores playas en un país sin luz. He oído tiros y he creído que eran fuegos artificiales. Me he bañado en el Atlántico y habría jurado que eso era el Caribe. He comido a las 12. He cenado a las 6. No he cenado. No he visto la luz de mi cuarto encenderse en 2 meses. He visto una bahía luminiscente que brillaba menos que yo. He hecho cola para ducharme. He cambiado un vuelo 7 veces. He tomado decisiones muy importantes en momentos realmente difíciles. Me he puesto morena en noviembre. He pasado mucho calor en diciembre. He bebido piña colada en el sitio donde se inventó. Me he mudado 4 veces. Me he sentido como en casa todas. He bailado hasta que el pelo estaba tan mojado que parecía que me acababa de duchar. He bebido hasta tener que ducharme con agua fría. He pensado en qué marcarme con tinta en la piel sobre un país que me ha marcado tanto. He decidido no volver a España en 10 meses. Y en no tener un motivo para hacerlo. He llorado de felicidad. He vivido escenas de películas. Y he montado a caballo en escenarios de película. He creído que iba a morir. Me he sentido más viva que nunca. Le he dado la importancia de mi vida a gente que no se acuerda ni que he pasado por su vida. He tenido claro que mi hija no se llamará María. He viajado a islas destrozadas y aún así ha sido el viaje más bonito de mi historia. He aprendido a esperar. Me he desesperado bastante. Me he sentido en el paraíso. He estado en el paraíso. He sido paraíso. He ido volando.
- Y volando me iré de la mayor lección de mi vida: Puerto Rico.
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Gracias por el amor que sientes por Puerto Rico.