Como todos, he reaccionado de una forma muy mía ante la tragedia que
nos abate. De nueve a cinco de la tarde me convierto en trabajadora a
tiempo completo pero ya a eso de las cinco y uno se me desvanecen las
barreras, mis murallas, mis más altas defensas. Como todos, me siento
vestida de una indescriptible tristeza. Me he apartado de todos. Me he
apartado hasta de mí. Y busco respuestas. Y busco. Y busco. Y no
encuentro una sola dirección.
Hoy, sin embargo, me visto
de nuevo de palabras y, como siempre, termino por reconocer que la vida
que vivo la decido yo, y que lo que puedo darle al mundo lo decido yo
también. Hoy sí que me siento valiente. Pero ayer no. Ni antes de
ayer tampoco. Ni ningún día de la semana que acaba de pasar, semana que
ha parecido un maldito siglo.
El miedo y la tristeza y la parálisis están aquí, dentro de mí. Mi
cuerpo está cansado. Mi dolor físico, mi neuralgia del trigémino está
al cien mil por ciento. Pero hoy, justo hoy, el arte me salva. También
me salva la esperanza. Sentimiento que acepto puede convivir con un
poco de tristeza y de miedo en un alma que aún se siente sin cuerpo.
Y en fin, yo sólo quiero que tú que me lees sepas que estás haciendo lo
mejor que puedes desde tus circunstancias y que necesito pedirte que
no te rindas.
yésica isabel
30 de septiembre de 2017
no te rindas
Publicado por
Yésica Isabel
01 oct 17
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por el amor que sientes por Puerto Rico.